miércoles, 8 de septiembre de 2010

MANIFIESTO DE LA CULTURA

El gobierno ha decretado recortes sociales y ha suprimido los derechos laborales y sindicales haciendo que los trabajadores y trabajadoras de este país, sean quienes tengan que asumir y pagar la crisis para que se salven quienes la han provocado.

En el sector de la cultura los trabajadores, especialmente los artistas intérpretes y técnicos estamos sometidos a abusos de contratos temporales y trabajos impuestos por un libre mercado, que no respeta la protección de nuestros derechos en los convenios colectivos, incumpliéndolos con total impunidad.

En las artes escénicas, la crisis de los ayuntamientos terminan pagándola desde los empresarios y los autores, hasta los trabajadores sean actores, directores, bailarines, músicos y técnicos, con cancelaciones de contratos o con retrasos de más de un año en el pago.

En el sector audiovisual, están los incumplimientos de los convenios colectivos, y las drásticas reducciones de las ayudas a la producción, tan anunciadas en defensa de la industria, afectan fundamentalmente a las producciones de menor presupuesto.

Esperábamos que el gobierno, en momentos como los que vivimos, al menos intentara reforzar el papel de los sindicatos y protegiera a los trabajadores de la cultura que han logrado sus propias conquistas laborales con esfuerzo y dedicación, frente a distintas administraciones políticas.

La reforma laboral del gobierno, sin embargo, afecta a la negociación colectiva, y refuerza el poder de la parte empresarial, atacando e intentando debilitar a las organizaciones sindicales, especialmente a las que han logrado regular el trabajo mediante negociaciones colectivas.

La crisis ha servido para dejar en claro lo poco que cuentan los derechos de los trabajadores a la hora de aplicar los peores recortes y las penalizaciones al sector.

El gobierno de España que tiene la responsabilidad general, los gobiernos autonómicos y los ayuntamientos sean unipartidistas, de coalición y hasta tripartitos, no han demostrado siquiera la voluntad política de defender uno de los bienes más preciados, como es la cultura. Esto nos deja expuestos a la especulación multinacional, que es una enemiga más de los trabajadores de la cultura.

Por ello, la Huelga General del sector de la Cultura va dirigida contra las medidas de gobierno a todos los niveles. NINGUN PARTIDO PUEDE NI DEBE CAPITALIZAR ESTE POSICIONAMIENTO DE LOS TRABAJADORES DEL ESPECTACULO Y DE LA CULTURA EN GENERAL.

El intrusismo descontrolado y a veces alentado, la falta de respeto por nuestros derechos, el desinterés por la formación, el desinterés de las autoridades en velar por el cumplimiento de la ley, y el desprecio en cumplir sus propios compromisos con el sector, es suficiente evidencia para decidirnos a recordar a todos los gobiernos que:

LA CULTURA NO PUEDE SEGUIR SIENDO LA HERMANA POBRE QUE SIEMPRE QUEDA MÁS EXPUESTA A LOS VAIVENES Y RECORTES PRESUPUESTARIOS.

LA CULTURA NO PUEDE ESTAR AL ARBITRIO DE DECISIONES PUNTUALES, EN FORMA DE AYUDAS AMIGUISTAS O DIRIGIDAS A LOS PROPIOS CORRELIGIONARIOS DE CUALQUIER CREDO POLITICO GOBERNANTE.

La cultura no es un adorno, es un servicio público, que además, representa en términos porcentuales económicos, un 4 % del producto interior bruto de este país.

LOS TRABAJADORES DE LA CULTURA reclamamos no sólo nuestros derechos como trabajadores sino también el reconocimiento de nuestra dignidad como artistas, con reivindicaciones propias de nuestro sector.

Por ello, defendemos un Modelo Cultural y Social en donde:

- SE VALORE LA DIGNIDAD DEL TRABAJO

- SE DE PRIORIDAD AL TEJIDO SOCIAL Y NO AL BENEFICIO ESPECULATIVO

- SE RESPETE LA CULTURA COMO BIEN PÚBLICO Y NO COMO UN NEGOCIO PRIVADO.

EN DEFINITIVA, UNA SOCIEDAD CON UNA CULTURA SOLIDARIA.

SER CULTOS PARA SER LIBRES


Por eso, VAMOS A LA HUELGA GENERAL EL 29 DE SEPTIEMBRE.

LA HUELGA GENERAL ES TAMBIEN NUESTRO DERECHO.

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